martes, 10 de agosto de 2010

Relato Tom Kaulitz: parte 1


Aqui tenemos variedad, no todo es crepusculo...asi me decidi a subir este q escribi pa mi amiga...jajajaja
pequeño punto aclaratorio, es sobre los integrantes de Tokio Hotel, pero es un anexo de una historia de mi amiga Yanna..




-Tom, Jossy no se merece eso, tienes que ser claro con ella-
No tiene caso mencionarlo, ella no siente lo mismo por mi, así que déjame tratar de ser feliz con Jossy, se que puedo llegar a amarla, tanto o mas que a ella.
¿Estas completamente seguro? Pregunto Bill a su gemelo
No, claro que no lo estoy, pero que otro camino tengo, lo mío con Isa es imposible nunca podría forzarla a quererme ella ama a alguien mas, tengo que aceptarlo, no existe ningún motivo por el cual no pueda ser feliz con Jossy.
-Yo se de uno, y muy fuerte- replico Bill con mirada severa.
Se lo que piensas respecto a que me rinda a luchar por Isa, pero no voy a forzarla a que me quiera, ella tiene opciones siempre las a tenido.
Se a lo que estas renunciando, ahora lo entiendo, yo no puedo imaginar mi vida sin mi Engel.
Tenia mi respuesta en la punta de la lengua, pero escuche un sollozo y pasos alejándose, era Jossy, mi corazón se encogió al entender que ella había estado oyéndonos, había roto su corazón y me odiaba por eso.
Ambos miramos hacia la dirección de los pasos, pero no supimos que hacer sabia que el seguirla seria una muy mala idea.
-Habla con Ish, pídele que este cerca.
Bill salió del salón con mirada preocupada, no era posible que complicara de este modo las cosas, aun así no podía dejar de pensar en ella.
Salí de la casa, para distraerme, casi cedo a la tentación de llamarla, pero la oportuna llegada de Hannah y Gustav me salvo de cometer otro error en mi larga lista de equivocaciones.
-Hannah- salude con mas emoción de la que en realidad sentía, Gustav no se trago el cuento de mi tono alegre lo vi en su mirada, pero le agradecía el que no dijera nada.
Thomas- dijo burlonamente la ahora alma gemela de Gustav
Que hacen par de tortolos, espero que ninguna exhibición, estas son calles decentes donde transita todo tipo de gente- dije en fingido tono mojigato.
Si alguien hace alguna indecencia en estas calles créeme que no seriamos nosotros, contesto Gustav.

Tienes razón- coincidí decidido a no dejar morir mi reputación como un don Juan.
Gustav y yo pensamos irnos unos días al mar, que te parece una excursión? pregunto alegremente Hannah
Estupendo, algo del mortalmente peligroso sol, para un vampiro es la mejor de las ideas, dije en modo sarcástico.
La expresión en el rostro de Hannah logro arrancarme una sonrisa, al parecer tomo en serio el comentario, Gustav me fulmino con la mirada, esta bien tal vez me había pasado, pero soy Tom Kaulitz que el pasarme no es algo natural en mi?
Es broma H – mi tono fue mucho mas suave, no quería problemas.
Esta bien Tom, nos vemos después dijo Gustav
La excursión parecía un hecho, jossy seguía molesta la verdad no podía culparla, sin embargo trato de ser disimulada, por supuesto que las tres me aborrecían lo veía en sus ojos, eran corteses pero frías conmigo en especial Ish, sospechaba que a Hannah no le habían contado toda la conversación, o tal vez Gustav le hubiera explicado con mas detenimiento la situación.
Decidí que lo mejor que podía hacer para no estropear su diversión era no ir, después de todo no quería pasar todo el fin de semana sintiéndome mas miserable de lo que me sentía.
Pasaban las horas y no podía ocuparme en nada mas de dos minutos sin que las ansias de conducir unas horas Varsovia no esta tan lejos?, quería verla, pero no, había prometido no regresar, ella no quería verme, nunca fui lo que ella necesitaba.
Pasaban los minutos y fue demasiado, me encontraba de camino a ella, la carretera era un borrón en la ventana de mi escalade, pronto la vería, cada parte de mi cuerpo la sentía cada vez mas cerca, en las afueras de la ciudad, su cuidad el lugar donde había creído encontrar la esperanza, y el dolor mas grande que experimente en el siglo que he pasado por este mundo.
La razón luchaba por ganar en mi mente detuve la camioneta a unos kilómetros de su casa.
No puedes hacer esto, solo harás que duela mas no lo entiendes, acaso no fue lo suficientemente clara, no te quiere, que pasara si la encuentras con alguien mas? Serás capaz de no actuar como un macho posesivo, no querrás tomar la sangre de ese desgraciado.
Sabía que todas esas palabras eran ciertas, pero la fuerza de voluntad nunca a sido precisamente mi rasgo mas fuerte.
Ignore las dudas y continúe el camino, deje la camioneta a unas cuadras la noche ya había caído, así que era seguro el salir, podía pasar desapercibido cuando lo quería, tenia sus ventajas ser un espectro de la noche.
Estaba justo enfrente de su casa, el lugar que había sido mi santuario mas preciado.
Podía oír ruidos dentro, estaba sola, sus pasos eran los únicos que percibía, el acomodo de trastes y sillas, me dijo que estaba cocinando, siempre me había gustado verla cocinar, la forma en la que las arrugas poblaban su frente cuando trataba de descifrar que le faltaba a su comida, era una chef nata, o eso decían sus amigos, por razones obvias yo no comía con ella.
Ahí estaba yo Tom Kaulitz convertido en un verdadero fisgón, estirando el cuello para así verla aunque fuera solo un instante por la diminuta ventana de la cocina.
De pronto mi amor propio salió a flote ¿quien era ella para ejercer semejante poder sobre mi?
Di media vuelta enojado conmigo, no debía actuar con tan poca madures, esto era una completa idiotez.
Con el enojo y las prisas tire los botes de basura, como eran de metal resonaron, durante unos segundos, corrí a las sobras, por suerte era un vampiro, así que mi velocidad aun era mucho mayor, que la de cualquier humano.
Allí estaba ella, con sus pantalones de pijama negros, unas pantuflas que simulaban las patas de un león, la sudadera que le había regalado por su cumpleaños, pero lo que mas me llamo la atención fue el enorme bat de beisbol que llevaba en las manos, la mirada aterrada con la que veía a ambos lados.
-¿quien esta ahí?- pregunto con el temor en la voz, quería salir de las sobras y decirle que no tenia de que preocuparse, estrecharla en mis brazos para calmar los temblores que veía en sus manos.
Los faros de un coche llamaron su atención, su expresión se relajo al ver al conductor, yo no lo reconocía, era un hombre, los celos empezaron a hacer de las suyas.
Matt- grito ella, corriendo hacia el desconocido, casi no pude controlar el gruñido que salía de mi garganta, al verlo poniendo sus asquerosas manos en ella.
-que pasa? Contesto el imbécil
Oí un ruido, Salí a ver que era- contesto ella desasiendo el abrazo, fue mi imaginación o ella no disfrutaba el estar entre sus brazos, ese pensamiento me hizo sonreír, aunque tal vez estaba viendo lo que quería y no lo que era en realidad.
Calma, debió ser una rata, sabes suelen estar cerca de la basura-dijo el idiota en tono sarcástico
Apreté los puños, como se atrevía a hablarle así.
Muy gracioso –dijo ella en tono mordaz.
A todo esto que haces aquí a estas horas- me gusto el tono de disgusto con el que se lo pregunto.
He venido por una respuesta-replico el tipo acortando la distancia, y poniendo uno de sus despreciables brazos alrededor de la cintura de Isa
- Matt, replico ella tratando de liberarse, pero el muy descarado no se lo permitió.
Sabes lo que siento por ti, siempre lo has sabido, no entiendo tus negativas, pero hoy estoy decidido a todo, y no me iré hasta que me aceptes.
La ira nublaba mi juicio, si ese miserable se le acercaba un centímetro mas lo mataría, y disfrutaría haciéndolo.
La mirada de fastidio de ella me hizo sonreír, al parecer el tipo estaba aun peor que yo, al menos yo nunca me le había declarado abiertamente.
De pronto el malnacido ese la beso, ella forcejeaba para zafarse de el, pero el la apretaba mas contra el.
Mi control se fue al diablo, Salí de las sombras lo tome por la espalda y lo arroje lo mas lejos que pude.
Pude ver el asombro de Isa al verme ahí, y creció aun mas cuando vio la distancia en la que había ido a parar el bicho aquel, quería matarlo lenta y dolorosamente, pero no podía hacerlo enfrente de ella.
-Tom?- pregunto con voz débil.
- hola- dije sin saber que más decir.
¿Como? ¿De donde? ¿Que haces aquí?- las preguntas salían precipitadamente de sus labios.
¿Quien es el?-pregunto el desgraciado aquel, sentí la ira cobrar mas intensidad al oírlo hablar, voltee a verlo y supe que el vio la mirada del espectro que en realidad soy, el terror se reflejaba en su rostro sin decir una palabra mas se metió al auto y condujo lo mas rápido que pudo.
Después me ocuparía de el.
Mi atención regreso a ella, sabia que ahora si quisiera o no tendría que revelarle mi naturaleza, sus hermosos ojos cafés me veían con una mescla de agradecimiento y asombro. Sentí una punzada de temor, al imaginar su rechazo, ese siempre había sido mi único temor, el que ella no me aceptara, al menos así la podía tener de amiga, ahora ella no rehuía de mis abrazos, me quería tal vez no con la misma intensidad con la que yo la adoraba, pero al menos de alguna forma la tenia, pero a partir de ahora todo cambiaria, si ella no podía aceptar mi naturaleza, estaba perdido, era renunciar a ella para siempre.
Esta podía ser la última vez que la veía, así que podría dejarme llevar aunque fuera un segundo, la abrase, mis helados brazos, la cubrían, ella no se resistió, pero eso no era nuevo, como su amigo la había abrazado, solo que esta vez era muy diferente, tal vez seria la ultima.

Sin detenerme a pensar mas en lo que hacia, la bese, sus cálidos labios fueron tomados por los míos, quería tener al menos ese recuerdo de ella, un beso.

Sus labios, se movían debajo de los míos, correspondiendo al beso solo por unos segundos, después se puso rígida y trato de liberarse de mi abrazo, tarde 2 segundos mas en dejarla libre, podía ver por donde venían las cosas, empecé a sentir el vacio en el pecho.
Se alejo de mi unos pasos en cuanto mis brazos la soltaron.
- Bueno, pero que les pasa hoy a los hombres, hay alguno que falte en la fila para besarme a la fuerza- me grito furiosa.
Yo, este-no sabia que decirle.
Sus ojos me traspasaban, había enojo en ellos.
-no has respondido ¿que haces aquí? ¿No se supone que estabas dándote la gran vida en Hamburgo?
Desvié la mirada de sus ojos inquisitivos, no me gustaba que me viera de ese modo.

Necesitaba verte- solté de pronto, de todas formas este ya era el final, o el principio de algo así que tenia que armarme de valor y enfrentarla de una buena vez.
Podemos entrar- dije
Sin decir una palabra se encamino a la casa.
Llegamos a la sala, seguía exactamente como la recordaba, el desvencijado sillón frente al anticuado televisor, el librero un poco mas abarrotado de lo normal.
Que haces aquí? – las palabras salieron toscas de sus labios.
Necesitaba verte- fue mi sincera contestación.
En serio? Dijo sarcásticamente- por que llevo casi un año tratando de tener comunicación contigo, pero el señor no se digno a contestar uno solo de mis mails.
Me sentí un imbécil ella tenia razón, primero me voy sin dar una sola explicación, mas que mi supuestas ganas de cambiar de aires, dándole a entender que no había nadie lo suficiente importante en Varsovia como para quedarme, diciéndole que ella no era importante para mi, las razones que en ese tiempo me parecían lógicas, ahora solo eran la huida fácil de un cobarde debí quedarme, decirle toda la verdad y esperar que ella pudiera aceptarme.
-sabes que Tom, eso ya ni siquiera importa-su tono ahora era mucho mas calmado- me da gusto verte, en realidad pensé que nunca lo volvería a hacer.
La esperanza resurgió en mí, sus palabras me decían que ella me había extrañado.
Regreso a México- soltó de pronto.




Continuara.....

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